La muerte de Iván Ilich

La muerte de Iván Ilich es de Tolstoi. 

Tengo que decir que este libro no me ha producido ni frío ni calor, posiblemente sea porque no lo he entendido bien. Es que no le he visto salpichirri.

Empieza el libro con el funeral de Iván Ilich, con toda su parafernalia. La viuda preocupada en informarse de la paga que le quedaría, los amigos pensando en el engorro del funeral ya que tendrían que estar echándose su partida de cartas. El olor y todo lo que rodea un funeral.

Luego se pone el libro a describir como fueron los últimos meses de vida de Iván y su vida.

De una familia de funcionarios pasa él también a ser funcionario. De un sueldo más normalillo pasa a subir de categoría y ganar más. Su vida es insípida, es gris, hace lo políticamente correcto siempre. Piensa en el qué dirán, en aparentar, en la decencia. Es que es eso, una vida gris sin ilusión por nada, y cuando tiene ilusión por algo se acaba cansando y esa ilusión ya pasó.

He tenido momentos en los que he pensado que tenía una enfermedad psicológica, que no estaba realmente enfermo de nada y todo era producto de su imaginación y su aburrimiento. Que lo único que buscaba era llamar la atención y hacer que todo el mundo sufriera como él sufría. Le molestaba las personas que le rodeaban porque derrochaban vida, se quejaba de todo y por todo.

Las personas que le rodeaban y sus amigos en realidad se sentían afortunados por no ser ellos los enfermos y se quejaban de tanta molestia como producía Iván Ilich. Los últimos momentos de Iván son recopilando datos de su vida y llegando a comprender que su vida ha sido siempre insípida.

No tenía claro si el libro me estaba mostrando la hipocresía de las personas o el propio egoísmo de Iván Ilich.

Me ha clarificado algo el prólogo, pero en si el libro no me decía todo eso o yo no captaba todo eso. Es que el libro ha sido eso, gris, ni frío ni calor, tan gris y tan ni frío ni calor como la vida de Iván Ilich.

Neutro.