jueves, 4 de mayo de 2017

Iván el "tonto"

"En un reino de cierto país vivía un rico campesino. Tenía tres hijos, Semión el guerrero, Taras el panzudo e Iván el tonto; y una hija muda, a la que llamaban Melania."

Así empieza el cuento de Iván el "tonto" de Leon Tolstoi. 
Tanto Semión el guerrero como Tara el panzudo, querían prosperar cada uno en lo que le gustaba, uno guerreando y el otro ganando mucho dinero. Ambos fueron a pedirle a su padre la parte de su herencia que les correspondía para invertirla en conseguir soldados uno y dinero otro. El guerrero para ganar guerras y tener mucho reconocimiento y el panzudo para invertir el dinero comprando muchas cosas y así cada vez ser más rico. El padre se niega a dársela porque así podía perjudicar a Iván y a su hija, ellos alegan que Iván es tonto y nadie se querrá casar con él y que su hermana es muda y nadie la querrá. El padre accede a cambio de que Iván consienta, cosa que Iván hace.

Iván el tonto lo único que quería era trabajar su tierra, ponía todo su empeño en cuidar el campo y los animales, no necesitaba ni guerras ni oro.

El diablo entra en acción y quiere que los tres hermanos discutan, pone todo su empeño para ello. El guerrero hace que pierda todas las guerras y que el rico pierda todo su dinero, pero Iván le cuesta más trabajo. Todas las personas que están junto a Iván se niegan a guerrear porque dicen que si alguien necesita algo, que solo tiene que pedirlo y se lo dan, que no necesitan luchar. En cuanto al oro no lo necesitan, solo es como un juguete. No necesitan comprar nada porque solo tienen que intercambiar las cosas, los frutos de su trabajo, con los otros campesinos y así todos tendrán de todo lo que necesitan.

Llega el diablo y les dice que pueden conseguir lo que quieran sin tener que trabajar, que solo tendrán que usar su cabeza y con eso hacer que los demás trabajen para ellos. Los campesinos e Iván se quedan extrañados ¿como se puede trabajar solo usando la cabeza?.

Se sube a una torre y empieza a hablar y hablar mientras los campesinos lo miran extrañados, nadie le daba de comer porque como el diablo mantenía que él trabajaba con la cabeza, pues confiaban que no estaba necesitado de comer porque ya trabajaba con la cabeza y por tanto conseguía su comida. También estaba la hermana de Iván, Melania la muda, que mantenía que quien no tiene callos en las manos, no le ponía un plato de comida en la mesa.

El diablo cada vez se iba quedando más delgado y delgado sin nada que comer. Hasta que un día llaman a Iván diciéndole que el diablo ya estaba trabajando con la cabeza. Se calló de la torre donde daba sus discursos y la cabeza le iba chocando en todos los escalones, hasta que al final desistió y se fue al ver que sus peroratas no hacian el efecto que él esperaba.

En ese país existe una sola ley, al que tiene las manos callosas se le dice: siéntate a la mesa, y al que no tiene callos en las manos : cómete las sobras.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

La moraleja está clara ¿no?.

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