martes, 16 de mayo de 2017

Diario de Ana Frank

Me compré en la feria del libro, Diario de Ana Frank.

Antes de empezar a leer el libro me pensé el leerlo, de si me encontraba preparada psicológicamente para una historia impactacte. Una historia real de estas magnitudes contada en primera persona.

El libro es el diario de una niña de 13 años judía alemana que vive en Holanda y junto a su familia se esconden en un edificio, despacho de su padre, para esconderse de la persecución nazi a los judíos. Son el padre, madre, hermana y Ana, además de una familia de un matrimonio junto con su hijo y un hombre más, los que viven en el anexo del edificio. Todo el diario describe el día a día de los dos años que pasaron encerrados allí, evidentemente sin poder salir.

Cual ha sido mi sorpresa que no me ha tocado la fibra nada de nada. La niña me ha resultado soporífera, cargante, repelente, insoportable, me ha caído gordísima desde la primera página.

Están en un microsistema en el que tienen sus alegrías y sus penas, discusiones, odios y amores. Todo en su micromundo y Ana lo relata. Y luego aparte están los bombardeos. 
El anexo tenía ventanas con cortinas, cosa que no entiendo como era posible que nadie se diera cuenta que había una entrada hacia toda esa zona, estamos hablando de 45 metros. Ellos entraban por una puerta tapada por una estantería, pero a todas luces quien mirara tendría que deducir que tenía que haber una entrada hacia las ventanas. Los bombardeos tampoco les daban nunca y eso que estaban en una zona alta. 

No se, no se, no le veo fuste.

Toda esta historia dicen que fue real, incluso en la actualidad existe un museo en el edificio donde estaba escondidas todas estas personas.
Al final los descubren a todos, después de dos años, y los llevan a campos de concentración, donde acaban muriendo menos el padre de Ana.

En ningún momento estoy diciendo que no me de lastima todo lo que pasaron estas personas, pero existen historias reales también de otras personas que lo pasaron realmente mal. 
Hay un momento que Ana está mirando por la ventana y ve a unos niños judíos sucios y andrajosos circulando por la calle y dice ella que no les tocaría ni con pinzas. Esos niños son los que a mi me dan lástima, esos niños que estaban solos y sin posibilidades de nada y que posiblemente acabarian muertos sin remedio.

No, no, es que no soporto a Ana. 


 

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