viernes, 10 de marzo de 2017

Las múltiples vidas del gato

Mi segundo post lo voy a dedicar a una parte del libro que estoy leyendo, "La segunda guerra mundial contada para escépticos" de Juan Eslava Galán".
En un momento del libro, después de muchos barcos, cazas, maquinaciones militares y políticas, aparece un gato.
Este gato va en el acorazado Bismarck del ejercito alemán. Ya os podeis imaginar que la labor del gato era no dar lugar a que haya ratones, porque el descalabro  puede ser morrocotudo.
No voy a entrar en las luchas de este acorazado con otros barcos, para eso podeis leer el libro, lo que me ha llamado la atención es el gato de nombre Klaus.
Al Bismarck, después de muchos enfrentamientos, lo hunden. De los dos mil doscientos tripulantes, solo se han salvado ciento catorce ... y el gato.
Al gato lo rescatan los ingleses y lo meten en otro barco, además de cambiarle el nombre por Oscar. 
Este barco sufre la misma suerte y el gato... se salva.
Vuelta a llevarlo a otro barco y vuelta a cambiarle el nombre al gato, en esta ocasión, Sam. ¿Os imaginais que le pasa al tercer barco? Efectivamente, hundido. ¿Qué pasa con el gato?. Efectivamente, se salva.
Después de una vida tan ajetreada, el alto mando decide que no navegue más y le conceden un tranquilo retiro en la residencia de marinos de Belfast.
Y ésta es la historia del gato insumergible. Esta historia me ha recordado a otra parecida con una camarera del Titanic, que ya contaré... cuando me dé el punto.    



Y aquí tenemos una foto de Winston Churchill saludando a nuestro famoso gato.
 

 

 


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