domingo, 12 de marzo de 2017

Caminando con el feminismo


Desde hace unos años tengo la costumbre de asistir a actos por el día de la mujer. El año pasado fui a uno organizado por Izquierda Unida en el cual se habló sobre “Las sin sombrero”, mujeres de la generación del 27 que la historia las olvidó y ahora se están rescatando del recuerdo, ya que fueron mujeres brillantes tanto en poesía, pintura y escultura, pero el hecho de ser mujeres las dejó en el olvido.


Después de ver un video, comenté que esas mujeres realmente fueron privilegiadas, ya que tuvieron la oportunidad de poder acceder a las artes e incluso poder codearse con otros pensadores de su misma generación. Al resto de asistentes no les gustó mucho mi comentario, pero es que realmente los hombres de la generación del 27 también fueron privilegiados, ya que podían acceder a la universidad, cosa que otros hombres y mujeres de la época no podían ni aprender a leer y a escribir. 


También asistí a un acto organizado por asociaciones de mujeres, pero ya sin tinte político. En este acto pude conocer el libro de Nuria Varela “Feminismo para principiantes”. Este libro lo veo como una guía sobre el feminismo y no como novela. Ese día me reí mucho, porque además hubo un taller sobre publicidad vista con “gafas violeta” como diría Nuria Varela. 


Otro acto del mismo año fue uno organizado por Ciudadanos, en el que pudimos escuchar de la boca de las protagonistas, mujeres que se salían de la norma, o sea, bombero, ingeniera, empresaria, etc. A una le entraba un poco de complejo, porque veo un fuego y me cago de miedo, aunque eso mismo le pasaría a un hombre, no es cuestión de género.


Este año he ido a uno del Partido Popular sobre monjas de clausura. Me resultó también interesante, era otra clase de mujer.


Al final, haciendo balance de toda mi travesía, empoderándome (o intentándolo, porque siempre hay cosas nuevas que aprender), diferencia entre género y sexo, diferentes tipos de sexualidad (heterosexual, homosexual, bisexual, transexual y un largo etc.) he llegado a la conclusión de que no me voy a calentar la cabeza, que es simplemente conforme siempre he estado, respetando a las personas sin más. Me da igual con quien se acuesten y con quien se levanten, solo me importa la persona y como me trate y así la trataré yo. En cuanto a la forma de hablar, una feminista habla así, una feminista habla asao (se dice en femenino porque habla de persona, diputados y diputadas)… ¡vaya un coño! Nos hemos pasado la vida intentando quitarnos de encima las normas del machismo y ahora nos echamos las del feminismo. 


Es solo y llanamente… respeto, sin más.

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