domingo, 9 de abril de 2017

Perdone, podría ...

Hoy he ido al Centro Municipal de información a la mujer. En ese mismo edificio antes estaba situada Orientación laboral, que era lo que yo estaba buscando.
Me dirijo al centro de la mujer para preguntar si me podían informar sobre donde estaba actualmente situado el centro de orientación laboral y justo al entrar me aparece una mujer para atenderme. Le explico lo que me pasa y la duda que tengo, buscando que fuera tan amable de informarme y me pregunta si es para mi o no. Iba con mi hijo y le digo que es para mi hijo.
Esta señora constantemente me decía que ahí no era, que ahí era el centro de la mujer maltratada. Su actitud era de que quería que me fuera, me dijo insistentemente que ahí era el centro de la mujer maltratada, pero sin contestar a mi pregunta. A lo que yo le he contestado que ya me había enterado, que ya lo sabía, que lo único que buscaba era que si me podía decir donde habían puesto el centro de orientación laboral, solo eso.


Vuelta a repetirme que ahí era el centro de la mujer maltratada. 


A dos metros se encontraba otra mujer sentada en una mesa que lo estaba viendo y escuchando todo y esta chica me empieza a explicar donde lo habían puesto.
Al ver a esta chica que me iba a dar respuestas, me salto el bloqueo (porque me estaba bloqueando el paso) y busco dirigirme a la chica de la mesa. Esta chica me informa (en tres segundos, no ha tardado más) y la mujer anterior se sitúa a mi lado con su retaila, a lo que yo le contesto que si yo voy por la calle y alguien me pregunta por un lugar, por pura educación le contesto y le indico como llegar.


Esta mujer me contesta que ella es una trabajadora.


Yo me pregunto ¿el hecho de ser una trabajadora pública le justifica que no tenga educación? ¿el hecho de ser una trabajadora le justifica su actitud agresiva? (bloqueándome el paso, su tono de voz, sus comentarios).
Pero lo que realmente me molesta de todo este tema, que puede quedar incluso como algo surrealista y anecdótico, es que esta actitud ensucia al feminismo. Esta forma de comportarse es la que asusta a la gente, lo que la gente asimila como feminismo y esto no es ejemplo de feminismo real. No olvidemos, que al estar donde estaba, estaba siendo representante del área de igualdad de la mujer.
Al salir de allí lo primero que he pensado es que esta mujer no tiene ni idea de lo que es feminismo y por supuesto, ni idea de lo que es educación.
La otra chavala, la de la mesa, chapó por ella.


Es curioso que yo como mujer salga del centro de la mujer estando acojonada, sintiéndome atosigada y mal tratada.
En los sitios públicos tienen la obligación de colocar a un tanto por ciento de personas con minusvalía, e intuyo que esta mujer era uno de estos casos. Pero juraría y perjuraría que esta mujer estaba mal de la cabeza, su insistencia en repetir una y otra vez la misma frase, esa agresividad corporal (mirada directa a los ojos, cuerpo adelantado, metiéndose en mi espacio vital). ¿Como se les ocurre poner a una persona así de recepcionista? no tengo muy claro si decir recepcionista o gorila de discoteca.
Y eso que soy una mujer en el centro de la mujer, si llego a ser un hombre... puf, no quiero ni pensarlo. Porque mi sensación como persona era de que me iba a empujar, a ese nivel llegaba su forma de transmitir agresividad.

 

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